miércoles, 18 de octubre de 2017

EMPRENDIMIENTO

Etimología del concepto de emprendimiento[editar]

El término emprendedor deriva de la voz castellana emprender, que proviene del latín, coger o tomar, aplicándose originalmente –tanto en España como en otros países– a los que entonces eran considerados aventureros, principalmente militares, término que posteriormente pasó a tener connotaciones comerciales. La palabra fue definida por primera vez en el Diccionario de autoridades de 1732, todavía con esa connotación, como: "La persona que emprende y se determina a hacer y ejecutar, con resolución y empeño, alguna operación considerable y ardua".1​ También se le describe como "Señor esforzado y emprendedor de hazañas notables, como su padre".2
Ese sentido y evolución está estrechamente relacionado con el vocablo francés entrepreneur, que surge a principios del siglo XVI. Posteriormente, a principios del siglo XVIII, los franceses extendieron el significado del término a los constructores de puentes y caminos, y a los arquitectos.
Así, L'Encyclopédie define el término entrepreneur como «se dice por lo general del que se encarga de una obra: se dice un emprendedor de manufacturas, un emprendedor de construcciones, un manufacturador, un albañil contratista».3
La traducción de la frase anterior no es sencilla, dado que el sentido de las palabras ha cambiado, pero se ha sugerido que el sentido de la frase francesa –a diferencia de la hispana– se relaciona con la persona que obtiene un contrato con otros y está a cargo de su ejecución, lo que en España se denominaba en aquellos tiempos "maestros de obra" –personajes tales como Carlín o Alonso Rodríguez– o un contratista en su sentido original: quienes recibían contratos reales –en el sistema de la Casa de Contratación de Indias– y, en general, quienes contrataban la producción de algunos bienes por encargo. El elemento de riesgo no aparece aún, dado que tales personajes financiaban sus actividades sobre la existencia de un contrato con alguna autoridad, y así, sus ingresos estaban por lo general asegurados.4
Posteriormente, ese sentido de «entrepreneur» se generalizó para identificar tomadores de riesgos económicos.
Jean-Baptiste Say jugó un papel importante en esa generalización, haciendo en 1803 explícito y coherente ese nuevo sentido. En su “Traité d'économie politique”,5​ (traduciendo al español sus dichos), puede decirse que Say presentó al “entrepreneur” (en castellano, empresario6​) como el que “dirige una empresa, especialmente un contratista, actuando como intermediario entre el capital y el trabajo”.7​ Se hace notar que es raro que tales empresarios sean tan pobres que no posean siquiera parte del capital que emplean; sin embargo, para Say lo importante es que “el empresario está expuesto a todos los riesgos, por lo que se aprovecha de todo lo que puede serle favorable”.
Esa concepción perduró hasta comienzos del siglo XX, y se puede resumir como la del propietario que maneja empresas y asume riesgos. Esta connotación aún perdura como sentido general de la palabra en países de habla hispana.8
No obstante, esto empieza a cambiar con Joseph Schumpeter, quien sugiere que invenciones e innovaciones son la clave del crecimiento económico,9​ y quienes implementan ese cambio de manera práctica son los emprendedores. Para Schumpeter, la clave de este concepto es la capacidad de transformar innovaciones desde un invento a un producto práctico, lo que implica un alto riesgo económico. En palabras de Eudald Domènech: “La innovación por la innovación misma no sirve para nada. Innovar es crear productos que hagan la vida más fácil.”10
Así, en la concepción moderna, el entrepreneur/emprendedor pasa de ser principalmente un tomador de riesgos económicos, y en general, a un innovador.11​ Por ejemplo, se ha sugerido que Henry Ford no llegó a ser un emprendedor en 1903, cuando comenzó a producir automóviles, sino en 1908-9, cuando comenzó a producir el modelo T, introduciendo la producción en cadena, y resultando ambas innovaciones en una revolución (un cambio cualitativo) tanto en la industria como en la sociedad estadounidense.
En otras palabras, se sugiere que la diferencia central entre personas del tipo de por ejemplo Bill Gates o Steve Jobs y otros, no es que ellos sean los únicos dispuestos a tomar riesgos o capaces de ello, sino que estos personajes –motivados no necesariamente en forma principal por las ganancias–12​ fueron capaces de introducir innovaciones que modificaron profundamente algún área económica o la sociedad entera. Posteriormente aparecerán otros que copian o adoptan esas innovaciones, quienes también asumen un riesgo, pero no necesariamente son –según esta concepción– verdaderos emprendedores, sino más bien hombres de negocios, comerciantes o empresarios.13
Ése es el sentido central de la concepción schumpeteriana en relación al emprendedor: los entrepreneurs son aquellos capaces de, superando resistencias, incorporar tales innovaciones a los procesos del mundo real: “la gran mayoría de los cambios en las comodidades del consumo han sido forzados por los productores sobre los consumidores, los que, más a menudo que no, han resistido el cambio, y han tenido que ser educados por las elaboradas técnicas psicológicas de la publicidad”.14
Esta visión, del emprendedor como creador de colores especialmente materiales,15​ o desarrollo económico,16​ puede ser concebida como un retorno al espíritu del término hispano primigenio, cuando se aplicaba a quienes crearan los elementos físicos básicos –desde catedrales y palacios a máquinas y sistemas de organización– de la Edad Moderna. Hay quienes, con en ese espíritu, en la actualidad consideran al emprendedor como un héroe cultural.171819​ Según Fernando Giner y Grima, el emprendimiento no es una moda política, es el espacio económico creativo que ha generado el enorme cambio tecnológico, que suponen las tecnologías de la información, y el agujero negro provocado por la falta de crédito a las pymes, tras la crisis financiera de 2008Tú no. El término emprendedor, del francés entrepreneur, es usado para referirse a un individuo que organiza y opera una o varias empresas, asumiendo cierto riesgo financiero en ello.
Fue definido por primera vez por el economista anglo-francés Richard Cantillon como «la persona que paga un cierto precio para revender un producto a un precio incierto, por ende tomando decisiones acerca de la obtención y el uso de recursos, y admitiendo consecuentemente el riesgo en el emprendimiento».
Otros estudiosos han definido este término de distintas maneras, entre ellos:
1803: Jean-Baptiste Say: Un emprendedor es un agente económico que une todos los medios de producción, la tierra de uno, el trabajo de otro y el capital de un tercero y produce un producto. Mediante la venta de un producto en el mercado, paga la renta de la tierra, el salario de sus empleados, interés en el capital y su provecho es el remanente. Intercambia recursos económicos desde un área de baja productividad hacia un área de alta productividad y alto rendimiento.
1934: Joseph Alois Schumpeter: Los emprendedores son innovadores que buscan destruir el statu-quo de los productos y servicios existentes para crear nuevos productos y servicios.
1964: Peter Druker: Un emprendedor busca el cambio, responde a él y explota sus oportunidades. La innovación es una herramienta específica de un emprendedor, por ende el emprendedor efectivo convierte una fuente en un recurso.
1975: Howard Stevenson: El emprendimiento es la búsqueda de oportunidades independientemente de los recursos controlados inicialmente.

LOS TIPOS DE EMPRENDIMIENTOS SON:
  1. Emprendedor Empresarial Tradicional: Aquel que entra en un mercado de producción de bienes, que ya existen y se comercializan actualmente, sin embargo, cree que por caracterísitcas intrísicas puede superar a sus competidores, bien, por haber agregado ciertas mejoras o cambios a los objetos producidos, o por ciertas ventajas inherentes a su empresa,  pueda dar una mejor distribución o atención a clientes, que sus competidores no han podido realizar. Este emprendedor, requiere de un capital de alto a moderado para iniciar. 
  2. Emprendedor innovador: Este normalmente se da en las Universidades o Centros de Investigación, y son ayudados por los denominados Parques Tecnológicos. Consisten en tener un producto innovador, que permite crear un mercado nuevo o sustituir otro ya existente. Versa igualmente sobre bienes tangibles, pero protegidos por los bienes intangibles (inventos, diseños, modelos de utilidad, etc) , y va desde medicinas hasta equipos simplificados para plomeria. Un ejemplo típico, son aquellos cambios pequeños que se ofrecen a los productos que se vente en la publicidad de televisión por cable, como por ejemplo, las mopas que se secan por un proceso de centrifuga. Requiere tener dos equipos al mismo tiempo, uno que cree y pruebe el producto y otro, que lo fabrique. Normalmente, se debe llegar a acuerdos con emprendedores empresariales tradicionales o empresas ya establecidas para poder asegurar la creación y/o distribución del producto. 
  3. Emprendedor  Comercial: Es quien vende los productos que terceros le coloquen. Agrega poco o nulo valor al objeto vendido, sin embargo, si lo hace con la atención y servicios. En este caso, podemos contar desde los supermercados, abastos, tiendas de ropa, ferreterías, librerias, farmacias, etc.  Se requiere un capital de medio a alto como inicial. Igualmente, la diferenciación con la competencia puede ser enfocada de tres formas diferentes: precios (no recomendable, porque normalmente se empieza una guerra de precios, en la cual, recuperar la inversión se hace muy dificil, sin embargo, si puede basarse en acuerdos con colectivos, para dar un descuento y obtener un mercado mayor, ejemplo, descuentos a los pertenecientes al gremio de ingenieros y arquitectos, en casos de ferreterias o un descuento para enfermos crónicos si se registra en la farmacia, o a estudiantes, en caso de librerias), productos especializados (además de los genéricos o comunes, se puede inclinar a un nicho particular, ejemplo, una libreria general, con especial referencia a las revistas o a la sección de libros médicos, o una tienda de ropa para personas obesas, o un supermercado de productos naturales) y servicios adicionales (desde el servicio de catering o envio a la casa u oficina, hasta cursos gratuitos de como reparar algo – caso ferreterías -, servicios médicos de control –caso farmacias –, autores invitados –casos librerias-,  desfiles y galerias con los clientes –caso tiendas de ropa- y un largo etc.).
  4. Emprendedor de servicios: A diferencia del anterior, se basa principalmente en los aportes que su personal pueda dar ( aunque tambien venden artículos de terceros), su negocio está en la venta de aquellas habilidades que puedan poner a disposición de su clientela. Los ejemplos clásicos son las ventas de comida, panaderías, centros estéticos, floristerias, peluquerías, gimnasios, servicios técnicos (computación, plomeria, electricidad, decoración, etc). En términos generales, es el más común de los emprendimientos, por ser bajo el capital inicial requerido y existir pocas barreras de entrada.  
  5. Emprendedor Tecnológico:  Es aquella actividad que se basa en las nuevas tecnologías, y va desde crear apps (o adicionales) para moviles (Blackberry, Apple o Android, principalmente) o para serivicos (como facebook, twitter, etc). Tambien, está dentro de esta categoría toda iniciativa que pretenda obtener una remuneración por la creación de contenidos, redes sociales o servicios en el internet, bien de forma directa (comercio electrónico) o indirecta (publicidad). 
  6. Emprendedor Profesional:  Es parecido al emprendedor de servicios, pero su publico es mucho menor, ya que es especializado. Se comercializan conocimientos específicos, y normalmente lo representan los asesores empresariales, los centros de apoyo para pymes,  los coach, los centros de capacitación y los outsourcing profesionales (soportes web, diseños, medicina preventiva empresarial), etc.
Se excluye intencionalmente al emprendedor por necesidad, ya que cuando uno pierde la posibilidad de escoger la función económica, ya no se puede hablar de emprendedor, sino de sobreviviente. Sobre los emprendedores por necesidad, hablaremos más adelante. Mientras, me cortaré el cabello a que mi vecino, le compraré el almuerzo a la profesora de mi hija, tomaré un taxi y le compraré el periódico al vendedor del semáforo.


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